martes, 18 de septiembre de 2012

Ética de la investigación biomédica


La investigación biomédica resulta imprescindible para el progreso de la medicina al proporcionar la evidencia científica para mejorar la calidad de la asistencia a los pacientes, al obtener información  sobre la utilidad y eficacia de los procedimientos diagnósticos, terapéuticos y preventivos. De igual modo, contribuye a conocer mejor la etiología, fisiopatología y factores de riesgo de las enfermedades.

En relación con los relevantes beneficios que todo ello conlleva, la investigación debe considerarse una obligación moral de todos los médicos y profesionales de la salud (y la mayoría de vosotros ha contestado correctamente a la pregunta formulada en clase mediante clickers).


La investigación biomédica está constituida por 2 componentes esenciales. Por una parte, engloba la selección y logro de fines moralmente aceptables. Por otra parte, contempla la utilización de medios moralmente aceptables para alcanzar esos fines. La primera premisa condiciona que lo que no es científicamente correcto es éticamente inaceptable. En este sentido, el rigor científico, siendo condición necesaria, no es suficiente, dado que no todo lo científicamente correcto resulta aceptable desde el punto de vista ético.

La historia está plagada de ejemplos de estudios realizados que eran éticamente inaceptables y que, sin embargo, se llevaron a cabo. El "estudio de Tuskegee" (Alabama, EEUU) constituye un claro ejemplo de ello y nos ha servido para ilustrar en clase las importantes transgresiones e injusticias que se cometieron durante 40 años (desde 1932 a 1972). El siguiente vídeo resume brevemente las principales características del Tuskegee experiment, sus implicaciones éticas y consecuencias sobre los individuos que participaron, así como sus familiares.



 
En respuesta a los atropellos cometidos, entre otros, en el estudio de Tuskegee y en los campos de concentración por médicos nazis durante la Segunda Guerra Mundial, se constató la necesidad de elaborar códigos éticos o normativas legales que guiaran y regularan la realización de investigaciones con seres humanos. Los 2 pilares esenciales, fruto de esta necesidad, son el Código de Nüremberg (elaborado en 1947 tras la Segunda Guerra Mundial) y la Declaración de Helsinki [promulgada por la Asociación Médica Mundial en 1964, siendo revisada y actualizada en subsiguientes años, datando la última versión de 2008 (el pdf está a vuestra disposición en ADI, tanto en inglés como en castellano)]. En la actualidad, la última revisión de la Declaración de Helsinki se considera la principal referencia mundial para la investigación biomédica.
 
El Informe Belmont

El Congreso de los EEUU creó la “Comisión Nacional para la Protección de Sujetos Humanos en la Investigación Biomédica y Conductual” en 1974 con el objetivo de elaborar un documento que enunciara los principios éticos básicos para formular, criticar e interpretar normas o reglas específicas para su aplicación práctica en la investigación clínica. Fruto del trabajo de esta comisión fue un documento sobre principios éticos y pautas para la protección de sujetos humanos en investigación denominado Informe Belmont. El informe fue presentado en 1978 y constituye el origen de la moderna teoría ética de la investigación al definir los 3 principios éticos básicos de autonomía, justicia y beneficencia.

Los principios éticos básicos

1) Principio de autonomía: todo ser humano debe ser reconocido por los otros como autónomo. Mientras esta autonomía no interfiera con la libertad de los demás, la persona es libre de decidir por sí misma, optando por su propia norma y se debe respetar su capacidad de autodeterminación.
La obtención del consentimiento informado es el procedimiento que garantiza que la persona ha expresado voluntariamente su intención de participar en el estudio, tras haber comprendido toda la información completa y veraz relativa a la investigación.
En el caso de colectivos con autonomía disminuida (como, por ejemplo, por ignorancia, inmadurez, incapacidad psíquica, prisión, indigencia, infancia) estos grupos vulnerables deben ser particularmente protegidos y recibir especial resguardo contra el daño o el abuso.

2) Principio de justicia: se refiere a la obligación ética de tratar a cada persona de acuerdo con lo que es moralmente correcto y apropiado, así como de dar a cada persona lo que le corresponde. Todos los seres humanos deben tratarse con la misma consideración y respeto, sin establecer más diferencias entre ellos que las que redunden en el beneficio de todos.
De nuevo, se deben establecer disposiciones especiales para la protección de los derechos y el bienestar de las personas vulnerables. El cumplimiento de este principio implica que la selección y el reclutamiento de los participantes en un estudio debe realizarse de forma no discriminativa.

3) Principio de beneficiencia: hace referencia a la obligación moral que tiene todo ser humano de hacer el bien a los otros, es decir, la obligación ética de lograr los máximos beneficios y de reducir al mínimo el daño y la equivocación. Este principio da origen a normas que estipulan que los riesgos de la investigación sean razonables frente a los beneficios previstos, que el diseño de la investigación sea acertado y que los investigadores sean competentes para realizar la investigación, así como para salvaguardar el bienestar de las personas que participan en ella.


El principio de no maleficencia es distinto al de beneficiencia, ya que obliga a no infligir daño a los participantes en el estudio, dado que su protección es más importante que la búsqueda de nuevo conocimiento o el interés profesional o personal del investigador.






¿Te has preguntado a qué corresponde la imagen que sirve de CABECERA a este blog? ¿Sabrías decir de qué células se trata y qué tinción se ha empleado?

Te sacamos de dudas; la fotografía muestra adipocitos diferenciados obtenidos a partir de fibroblastos de tejido adiposo subcutáneo de ratón. Los adipocitos están teñidos con Oil Red O, un lisocromo utilizado para teñir los lípidos de rojo, insoluble en medio acuoso y lipófilo. Los lípidos insaturados y los aceites minerales se tiñen en rojo, en tanto que algunos fosfolípidos aparecen con tonalidad rosada. Las imágenes fueron tomadas por Beatriz Ramírez, Técnico del Laboratorio de Investigación Metabólica y miembro fundamental de nuestro grupo de trabajo dedicado al estudio de la obesidad. Beatriz tituló su fotografía “Frutos rojos” y la presentó al Certamen Nacional de Fotografía Científica FOTCIENCIA.

Otra imagen fundamental de nuestro blog es la que aparece en el apartado de nuestros “DATOS PERSONALES”.
En este caso, se trata de la fotografía titulada “Super ratón” realizada por la Dra. Sara Becerril, también integrante del Laboratorio de Investigación Metabólica. La imagen muestra un ratón doble knock-out que carece de los genes de la leptina y de la isoforma inducible de la sintasa de óxido nítrico obtenido durante su tesis doctoral con el fin de estudiar los efectos sobre el peso corporal, la ingesta de alimento y el metabolismo derivados de la ausencia simultánea de ambos genes. La fotografía fue seleccionada en la categoría “MACRO” para su exposición e inclusión en el catálogo del certamen FOTCIENCIA07, que persigue acercar la ciencia a los ciudadanos mediante una visión artística y estética sugerida a través de imágenes científicas y un comentario escrito del hecho científico que ilustran.

A su vez, parte del trabajo realizado con este modelo experimental de ratones durante la tesis doctoral de Sara Becerril ha sido publicado recientemente en la revista científica Physiological Genomics, mereciendo la portada de la publicación perteneciente a la American Physiological Society.

¡¡¡Ya veis que los investigadores pueden ser, a la vez, grandes artistas!!!

Para los que os animéis, la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) acaban de convocar la 10ª edición del Certamen Nacional de Fotografía Científica FOTCIENCIA.
 


Si os fijáis, la imagen 2 de la cabecera de la página de internet que anuncia el certamen (titulada “El planeta adipocito”) pertenece a otro integrante del Laboratorio de Investigación Metabólica, la Dra. Amaia Rodríguez


¡Vamos, que tenemos “musho arte” en nuestro laboratorio!



Por cierto, la exposición FOTCIENCIA09 llegará a Pamplona, a la Facultad de Ciencias de la UN, en Noviembre. ¡Os avisaremos oportunamente, pues merece la pena ir a ver las magníficas fotografías seleccionadas en cada edición!








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